Leonardo Da Vinci puso un restaurante que fue un fracaso. Yo no me acordaba. Lo había leído en alguna biografía de Leonardo hace un tiempo. En estos dias, leyendo un librito de textos escogidos de Leonardo que me compré en la exposición "Davinci el genio", para la cual hice la fila dos veces (una en Medellín y otra en Bogotá)me topé otra vez con el dato.
No hay mayor información sobre el hecho, sin embargo, como mero ejercicio me puse a pensar en las razones por las que pudo haber fracasado un negocio con tantas probabilidades de éxito.
Primero es importante imaginar cómo se inició: muy probablemente estaba Leonardo en Florencia hablando con Botticelli (Si, el famosísimo artista, que pintó entre otras obras la venus que nosotros desteñimos, con atrevimiento infinito, para la página de internet de Centro de innovación) y le dijo: oiga viejo, pongamos algo. ¿Pero qué? - Le respondió el otro. - No se, es que todo está jodido por estos dias... - ¿Y si ponemos un restaurante? Usted sabe cocinar ¿Cierto? - Pues tengo en mente unas recetas que me he estado imaginando...
Al parecer el restaurante se llamó “La Enseña de las Tres Ranas de Sandro y Leonardo”
Pasemos ahora a imaginar las razones por las cuales tuvieron que cerrar. Se me ocurren cuatro, de todas las posibles:
1. Dos genios del mismo nivel siempre chocan
2. Leonardo tenía talento para venderle a clientes importantes (Corporativos, llamaríamos hoy en dia). No tenía talento para el mercado de consumo
3. Leonardo convenció a Botticelli para que le dejara decorar el restaurante antes de la inauguración y ahi se quedaron esperando que terminara.
4. Para las recetas de Leonardo se requería el laboratorio de El Buli.
Sobre la primera se ha discutido bastante: ¿Cómo debe ser una dupla para que pueda impulsar un negocio? Algunos autores proponen que la clave es la complementariedad. Parejas como la del creativo Bill Hewlett y el astuto Packard son un ejemplo. Tal vez Leonardo o Botticelli habrían triunfado con otro socio. (Que bueno que no fue asi)
La segunda es una razón un poco más rebuscada, sin embargo es cierto que Leonardo vendió principalmente sus proyectos a papas, príncipes y demás personajes importantes. Quienes hemos tenido experiencia vendiendo al mercado de consumo sabemos que cambian radicalmente las estrategias.
La tercera tiene que ver con la costumbre de Leonardo de dejar proyectos sin terminar. Sin embargo esto puede ser solamente una muestra de una mente genial, con demasiados proyectos por emprender, poco tiempo para realizarlos y una gran dificultad para delegar.
La cuarta razón tiene que ver con la tendencia de Leonardo por proponer platos experimentales y su gusto por diseñar máquinas que ayudaran en las labores culinarias. Sin embargo, sus platos eran técnicamente realizables.
Al final parece que la razón de la falta de clientes era que muy pocos valoraban la belleza de una zanahora bellamente esculpida y preferían un buen y gigante pernil de cerdo guisado.
En la culinaria fue el aspecto en el que Leonardo estuvo más adelantado a su tiempo. Hoy en día tendría tres estrellas Michelín, sin duda.
domingo, enero 10, 2010
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