Me imagino este escenario:
Un gerente decide ser innovador.
Pero tiene una gran duda: Hacerlo a lo grande, o hacerlo a lo pequeño.
¿Qué es hacerlo a lo grande? Lo evidente. Crear un nuevo mercado. Lanzar un nuevo producto, completamente revolucionario, que cambie radicalmente la vida de las personas. Algo sorprendente. Nunca visto.
¿Qué es hacerlo a lo pequeño? Lo menos eviente. Encontrar un atributo valioso en determinado producto y hacer una propuesta innovadora allí. Una mejora. Una evolución del producto anterior. Una propuesta que aumenta radicalmente el valor que el cliente recibe en su producto.
¿Cuál sería su consejo para este inquieto gerente?
Para muchas personas no es clara la diferencia. En el primer caso, se trata de un negocio muy grande, pero también de un riesgo mayúsculo. Habrá que "enseñar" a los consumidores el uso y valor del nuevo ofrecimiento. En el segundo caso, los usuarios lo entienden más fácil y, por tanto, el esfuerzo requerido para promover su adopción suele ser menor.
El tema de la inversión requerida, curiosamente, no es proporcional a la dimensión de la innovación. Una innovación radical no siempre requiere mayor inversión. Justamente, en algunos casos, el empresario debe hacer innovaciones radicales cuando no tiene suficientes recursos para competir con las evoluciones que se esperan de su producto. Como ejemplo, recordemos la jugada de Nintendo al lanzar su consola Wii, cuando su menor capital de desarrollo le puso en desventaja frente a los gigantes Microsoft y Sony que desarrollaban consolas con procesadores más poderosos.
Podría argumentarse que las innovaciones pequeñas son más fácilmente copiables. Esto tampoco es cierto. De hecho, su copia se puede volver muy difícil. No necesariamente por la tecnología involucrada, sino por que este tipo de copias puede pasar inadvertida hasta que es demasiado tarde. ¿Por qué las otras tiendas de juguetes infantiles no copian la extraordinaria idea de Imaginarium de construir una puerta pequeña para los niños? ¿Será que no han podido robar los planos? Las innovaciones en escalas menores, pueden tener un nivel de sutilidad y valor emocional que no siempre puede ser replicado por la competencia.
¿Cuál reporta mejores dividendos? Esta es una pregunta fundamental y requiere del empresario una buena dosis de Excel. Las grandes innovaciones, cuando son exitosas, tienen un retorno asombroso. Son, sin lugar a dudas, la joya de la corona.
Lo curioso es que, a menudo, veo a los expertos mezclar ambos tipos de innovación, haciendo confuso el proceso de análisis estratégico para los gerentes. Los encuentro dando una conferencia a los empresarios del turismo sobre posibles mejoras en su sector pero usando como ejemplo de innovación el i-pod.
De alguna manera es más fácil de entender (aunque no de emular) los ejemplos de innovaciones "grandes". Son más inspiradoras. Es tentador mirar, como ejemplo de lo que un empresario debe hacer, aquellas invenciones que cambiaron la historia de la humanidad. Para equilibrar el análisis, el reto consiste en ser capaz de entender cómo funcionan aquellas innovaciones que, aunque no cambiaron la historia de la humanidad, cambiaron la vida de muchas personas.
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1 comentario:
Me parece muy interesante este artículo por que me aclara muchas dudas sobre la diferencia real entre innovación radical y mejora contínua.¿Obviamente funciona de igual manera en servicios y en procesos?
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